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Lo que necesitas saber sobre las causas virales de la pérdida auditiva

La pérdida auditiva no siempre está causada por la edad; puede deberse a diversos factores, incluidos los virus. ¿Qué virus causan pérdida auditiva y cuáles son los síntomas?

Es un error común pensar que la pérdida auditiva solo puede estar causada por la exposición a ruidos fuertes, la edad avanzada o daños prenatales. Sin embargo, muchas personas experimentan pérdida auditiva a causa de infecciones. Muchas de estas infecciones están provocadas por virus que afectan a la cóclea, a los vasos sanguíneos del oído u a otras partes del cuerpo relacionadas con la audición.

No existe un único virus responsable de la pérdida auditiva, ni todas las personas la experimentan de la misma manera. Mientras que una persona puede superar una infección grave durante la infancia y acabar con una pérdida auditiva profunda o incluso sordera, otra puede sufrir un virus más adelante en la vida. La pérdida auditiva se presenta de muchas formas y, aunque pueden identificarse ciertos patrones, cada caso es único.

Aunque no existe una forma infalible de evitar la pérdida auditiva, mantenerse alerta y reconocer a tiempo los síntomas de las infecciones víricas puede ayudar a evitar que se agraven. Un diagnóstico y tratamiento adecuados también son fundamentales, por lo que conviene conocer qué tipos de virus pueden causar pérdida auditiva.

¿Qué tipo de virus causan pérdida auditiva?

Existen muchas enfermedades diferentes que pueden provocar pérdida auditiva, pero los virus con este efecto suelen clasificarse en dos categorías. Algunos pueden causar pérdida auditiva congénita, mientras que otros provocan una pérdida auditiva adquirida más adelante en la vida. Incluso hay virus que pueden encajar en ambas categorías. A la hora de tratar la pérdida auditiva, estas clasificaciones ayudan a los médicos a identificar la posible infección vírica.

Aunque algunas de estas infecciones son poco frecuentes, otras son más comunes. Por ejemplo, el citomegalovirus, un virus que puede causar pérdida auditiva congénita en niños, afecta aproximadamente a uno de cada 100 recién nacidos.

Virus que causan pérdida auditiva

Como se ha mencionado anteriormente, las causas virales de la pérdida auditiva pueden ser congénitas, adquiridas o ambas. Es importante diferenciar entre estas tres categorías para poder realizar un diagnóstico adecuado. Si tú o alguien cercano sufrís una hipoacusia neurosensorial súbita (SNHL), es fundamental que acudáis a un profesional lo antes posible. Aunque puedes encontrar información sobre posibles virus en internet, solo un médico puede diagnosticarte y tratarte correctamente.

Los niños que padecen infecciones víricas congénitas tienen un mayor riesgo de desarrollar pérdida auditiva. Entre estos virus se incluyen:

  • Rubéola (sarampión alemán). La rubéola es un virus de ARN que se transmite a través de fluidos como la mucosidad y la saliva. Si una mujer embarazada se infecta de rubéola, su hijo corre el riesgo de desarrollar la forma congénita del virus. La rubéola forma parte del grupo TORCHS, y la pérdida auditiva suele aparecer entre los 6 y los 12 meses después del nacimiento.
  • Cytomegalovirus (CMV). Este virus de ADN es responsable de la mayoría de los casos no genéticos de hipoacusia neurosensorial en bebés y niños. El CMV también pertenece al grupo TORCHS, un conjunto de virus que con frecuencia causan pérdida auditiva infantil. En muchos casos, los niños infectados por CMV desarrollan pérdida auditiva después de haber superado las pruebas de cribado auditivo neonatal. Por ello, es importante que los padres se mantengan atentos si su hijo es CMV positivo.
  • Virus de la coriomeningitis linfocítica (LCMV). Aunque no se transmite de persona a persona, este virus de ARN se contagia a través del contacto con heces, orina o saliva de ratas. Aunque la pérdida auditiva no es frecuente en niños infectados por LCMV, se trata de un efecto congénito bien documentado.

Tanto niños como adultos que padecen hipoacusia neurosensorial también pueden ser diagnosticados con los siguientes virus, que pueden causar pérdida auditiva congénita y adquirida tras la infección:

  • Virus del herpes simple (HSV tipos 1 y 2). Tanto el HSV-1 como el HSV-2 pertenecen a la familia de los herpesvirus y pueden afectar a niños y adultos. Mientras que los adultos pueden adquirir el virus por contacto, los niños cuyas madres son positivas en HSV-1 o HSV-2 pueden infectarse durante el embarazo. Para reducir el riesgo de transmisión de madre a hijo, se recomiendan terapias, tratamientos farmacológicos y, en algunos casos, el parto por cesárea.
  • Virus de la inmunodeficiencia humana (VIH). Este conocido virus de ARN puede provocar el sida, así como otras afecciones y enfermedades. Al destruir los linfocitos T, tanto niños como adultos con VIH se vuelven más vulnerables a infecciones oportunistas. La pérdida auditiva es un efecto secundario frecuente del VIH: aproximadamente dos tercios de los niños VIH positivos sufren hipoacusia neurosensorial, y la mitad de ellos desarrolla una pérdida auditiva progresiva.

El último grupo incluye virus que provocan pérdida auditiva adquirida. Este tipo de pérdida auditiva suele aparecer en personas de mayor edad y no está relacionada con infecciones congénitas.

  • Virus del Nilo Occidental. Relacionado con la fiebre amarilla y el dengue, el virus del Nilo Occidental es un virus de ARN que se transmite por insectos, principalmente mosquitos. Aunque la pérdida auditiva asociada a esta infección es poco frecuente, en casi todos los casos documentados los pacientes se recuperaron de forma espontánea.
  • Virus varicela-zóster (VZV). Es un virus de ADN que también pertenece a la familia del herpes. El herpes zóster y la culebrilla son formas de reactivación del VZV. Este virus puede afectar a los nervios de la cara, el conducto auditivo y la lengua. En algunos casos, la pérdida auditiva resultante se ha revertido o aliviado mediante el uso de corticosteroides y otros medicamentos.
  • Sarampión (rubeola). El sarampión es un virus de ARN que anteriormente representaba entre el 5 % y el 10 % de los casos de pérdida auditiva profunda en Estados Unidos. Aunque la vacunación ha hecho que este virus sea casi inexistente en ese país, se han producido brotes por diversos motivos. En regiones donde la vacunación contra el sarampión no está generalizada, el virus sigue causando pérdida auditiva.
  • Paperas. Perteneciente a la misma familia que el sarampión, el virus de las paperas es un virus de ARN que puede provocar múltiples complicaciones, incluida la hipoacusia neurosensorial. Con un diagnóstico y tratamiento adecuados, existe la posibilidad de que esta pérdida auditiva sea reversible, aunque en algunos casos se vuelve permanente.

También es importante tener en cuenta que los virus no suelen causar pérdida auditiva conductiva. Este tipo de pérdida auditiva suele estar provocado por la acumulación de líquido, infecciones bacterianas, tapones de cerumen o lesiones en el tímpano.

Por qué la pérdida auditiva repentina requiere tratamiento

Si se produce una pérdida auditiva en uno de tus oídos, es fundamental que te lo tomes en serio. Si no se trata a tiempo, la situación puede empeorar rápidamente y derivar en efectos secundarios graves, incluida la pérdida auditiva permanente. Para evitar un deterioro mayor, se recomienda acudir a un profesional de la audición lo antes posible.

Si te preocupa la calidad de tu audición, considera realizarte un audiograma. Las pruebas online, como el test de audición de Signia, también pueden ayudarte a determinar si estás sufriendo pérdida auditiva. Si has notado recientemente una disminución de tu capacidad auditiva, haz una prueba para asegurarte de que todo está bien. Y si detectas cualquier tipo de pérdida auditiva, consúltalo con un profesional sanitario, ya que podría ser el síntoma de un problema mayor.

Prevención de la sordera y la pérdida auditiva

No existen métodos infalibles para prevenir la pérdida auditiva o la sordera. Algunas afecciones congénitas no permiten prevención, especialmente si la madre no sabe que es portadora de un virus. Del mismo modo, puede ser difícil detectar virus latentes, ya que presentan pocos o ningún síntoma. En estos casos, someterse a revisiones periódicas y cuidar la salud general es la mejor medida preventiva.

También es importante que tú y tus hijos estéis vacunados. Aunque exista controversia en torno a este tema, incluso un solo caso de paperas o sarampión puede provocar pérdida auditiva adquirida. En situaciones así, es mejor prevenir que lamentar, especialmente cuando la audición está en juego.

La inmunidad colectiva también debe tenerse en cuenta: aunque tus hijos se recuperen del sarampión, un niño con un sistema inmunitario debilitado podría contraer el virus y sufrir graves problemas de salud.

Además de prevenir las infecciones víricas, es fundamental proteger tus oídos. Evita pasar largos periodos en entornos ruidosos y utiliza protección auditiva cuando trabajes en condiciones de mucho ruido. Realízate audiogramas profesionales cada pocos años y utiliza las pruebas auditivas online como referencia. Aunque no es posible prevenir completamente la pérdida auditiva, sí puedes protegerte frente a ella.

Si no sabes dónde realizarte un audiograma profesional, puedes consultar nuestro Localizador de tiendas Signia para encontrar el establecimiento más cercano o el que te resulte más cómodo.

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